26.1.10

relatos de la heterosexualidad ajena

Tener prácticas heterosexuales tiene TANTAS ventajas, a veces
Por ejemplo, a mí me exijen cierta discreción con algunas cosas: "no le cuentes eso a nuetra compañera nueva, que es una señora grande", cuando solo iba a contar qué hice el fin de semana (que no fue un fin de semana de locxs ni mucho menos, solo unos brindis peronistas/lésbicos/feministas/latinoamericanos)
Pero ellxs pueden hacer lo que quieran, como esto:
- ay, me duele mucho la espalda
- pobrecita, ¿querés que te afloje?
- sí, dale. igual, nada muy fuerte, eh, con dos deditos estoy bien
(ahí yo hago mi única intervención, brillante, igual)
- si querés, podés usar los míos, seguro son más creativos
(creo que nadie me escuchó, en realidad)
- ahí, ahí me duele
(la chica señala el lugar del dolor y larga un...quejido)
- no me hables así que me motiva más
- ja
- claro, yo te aflojo para que otro, después, te agarre ya flojita
- ...
(me río a carcajadas, no puedo evitarlo. me miran con sorpresa, como si no hubiera sido un comentario que solo puede ser positivo, si fue un chiste, no entendí bien esas miradas, la verdad)
(siguen, ellxs siguen, tranquilxs)
(terminan. él lanza un quejido un poco más profundo de lo necesario. ella mira como si se hubiera recién despertado, me mira fijo mientras aplaudo el final de la escena)

Increíble!














(esto es por si Luc está MUY aburrido en Uruguay y nos extraña)