28.4.07

dialéctica

vos hablás / yo escribo
vos rezás / yo bailo
vos llorás / yo río
vos necesitás / yo quiero
vos aparecés / yo huyo
vos llamás / yo grito
vos pensás / yo siento
vos cerrás / yo abro
vos proyectás / yo recuerdo
vos brotás / yo vuelvo
vos gruñís / yo río
vos abrazás / yo duermo
vos soñás / yo sueño
vos amás / yo amo
vos odiás / yo odio
vos cambiás / yo cambio
vos soltás / yo suelto
vos vas / yo voy
vos salís / yo salgo
vos exigís / yo revuelvo
vos explotás / yo revoluciono
vos rezás / yo bailo
vos pedís perdón / yo pido justicia
vos llorás / yo río
vos querés / yo amo




la revolución es un acto de amor

24.4.07

Crónicas urbanas I

nada más ni nada menos que un evento gubernamental. la presentación de un libro sobre el tema más aburrido del mundo, en el lugar más insípido, con la gente más progre se transformó en un pantallazo de algo mucho más real. saludo a gente que no reconozco. escucho que me dicen que estoy regrande. miro a una chica que me suena conocida, que me gusta. escucho música chill out. como salmón ahumado. mi padre agarra el micrófono, habla de la gestión, de las traiciones de personas que queremos y que, en parte, me criaron, habla, también de la necesidad de levantar la vista y mirar los árboles, las mariposas, el cielo de esta ciudad (mal) urbanizada. mi hermanita corre por todos lados y su madre la sigue, resignada, sabiendo que no la va a alcanzar. aplaudo. saludo a mi padre que está nervioso. sabe que no tendría que haber hablado de lo que habló. era barrabrava, me dice, justificándose. un mensaje de texto que me sonroja. sonrío. agarro una copa de champagne. mi padre, en otro vano intento para que deje ser la trosca que ni siquiera soy, me presenta a un tipo que estaba en la sala de espera cuando nací. nos ponemos a hablar. le clavo los ojos en sus pupilas verdes. no dejo de mirarlo. me hace pensar en otros ojos verdes que en quince años, quizá, van a ser así (esperemos). me encanta. me encandila. no le presto atención, le contesto por inercia. hasta que escucho que me propone una reunión con su agrupación universitaria. la gestión. la inercia se va, el encandilamiento pasa, mis ojos se centran en otro punto y pienso una respuesta no demasiado grosera, no demasiado anti progre, no demiasado trosca. le hablo de la necesidad de amplitud de pensamiento y de otra forma de hacer política. hablamos de los troscos, de cómo construir sin enfrentarlos, de porqué reflexionar sobre la praxis (y la palabra no deja de generarme carcajadas internas) autonomista. ya no se de qué estamos hablando. creo que, si no huyo pronto, termino en un telo. y me lleva 18 años. mejor no. ¿no? no. bajo la mirada, buscando algún punto de apoyo (moral) y veo a mi hermanita revolcándose con el vestido nuevo sobre la alfombra del salón que, al fin y al cabo, es una oficina pública. tengo mi excusa para salir de ahí. le doy mi copa al dueño de los ojos verdes. me agacho de la forma menos ridícula posible, alzo a la nena. lo miro y le sonrío con toda la cara. recordándole que es mi hermanita, que yo no tengo edad para tener hijos ni para acostarme con él. más bien, me lo recuerdo a mi misma. él me dice que le de mi mail. no lo pienso un segundo. saca su palm. pienso que debe tener miles de números y miles de direcciones de mail de mujeres hermosas, con arrugas en los párpados, pero hermosas. le dicto. sin sonreir, doy media vuelta y le pido que le avise a mi viejo que estoy abajo. no puedo evitar pensar en irme con el dueño de los ojos verdes. miro a mi hermanita. miro a mi padre que sale del edificio, que viene a buscarme. otro mensaje de texto. peor. mucho peor. ahora siento culpa por mis propios pensamientos. ojalá fuera tan fácil (sentir culpa). nos estamos yendo. subo a agarrar mis cosas. saludo al dueño de los ojos verdes. siento el perfume de armani. cierro los ojos. me separo. los abro. le sonrío. me sonríe. respiro. y otra vez, la tentación, la culpa, la carcajada interna.

20.4.07

retórica pura

diría miles de cosas. tales como: fue un día difícil, reaparecieron fantasmas que, o tienen un asunto pendiente o solo me quieren cagar la vida. pero como no fue solo un día, sino, una semana, un mes de mierda, no voy a decir nada de eso.
no voy a decir, tampoco, que me arrepiento de seguir escuchando a sabina, de acordarme de ese verano y temblar, de estar llorisquando frente a la computadora. ni de no haber ido a brasil para quedarme en una cucheta mínima de caballito ni de haberme, hoy, subido a ese auto ni de haberle levantado la ceja cuando escuchaba la palabra amigos saliendo de su boca. no me arrepiento de esperarte ni de quererte ni de discutirte ni de reirme ni de quererte en horarios ridículos ni de necesitarte.
ni de haber puesto en funcionamiento un servicio de espionaje en el bar buscando a una persona que conozco sin conocer ni del bonobón al que pertenezco.
ni siquiera me arrepiento de los fantasmas.
pero sí necesito un borrón y cuenta nueva. que los fantasmas no entren a parque chas. que todo lo que haya pasado hace más de un año venza. de una puta vez por todas, que expiren.
que el mundo es tan poco sensual y necesita alguien que le haga baruyo.
más baruyo y menos fantasmas.

15.4.07

era domingo

no era necesario
nada de lo que pasó desde el viernes lo era
y, sin embargo, pasó
todo eso y más
mucho más
que pienso no contarle ni a mi abuela
y eos que mi abuela es mi confesora por excelencia
se entiende
la gravedad del asunto
el sadomasoquismo
la necesidad de arruinar todo
justo cuando todo está bien
esa patética costumbre
de desequilibrar la balanza
a la que le costó varios meses
varios domingos
llegar el punto justo
ni siquiera era necesario
ponerme a escuchar a andrés
un domingo otoñal
el desencadenamiento era obvio

71 de por medio
y a hablar
que se termina el mundo

9.4.07

Hasta que vivir valga la pena


Si en vez de flores fuera una bomba. Si en vez de ser un dibujo fuera un foto. Si en vez de blanco y negro fuera a color. Si en vez de llamarse "anachist_throw.jpg" se llamara luchador/a. Si en vez de ser producto de la imaginación fuera producto de la realidad. Si en vez de ser lo que es fuera un pueblo de pie con los puños en alto y la vida en juego a cada instante y la necesidad visceral de tirar molotovs, este dibujo de un joven anarquista a punto de arrojar un ramo de flores hacia la nada, sería un retrato de este territorio, hoy, de esta gente que siente que su vida no vale más que un voto para un verdugo.
Nuestra vida no vale más que una tiza. Nuestra vida no vale más que un boleto de colectivo. Ni nada más ni nada menos que lo que ellxs decidan. Ellxs que están ahí, custiodadxs por las fuerzas represivas, tomando café, hablando de lo maravilloso que el asado pampeano y de lo rico que es el vino de Cuyo. Ellxs que recorren el país en autos importados y viajan en aviones en primera clase. Ellxs que cobran de nuestros sueldos y comen de nuestro trabajo y gozan de nuestras miserias y ríen de nuestros llantos y viven de nuestras muertes.
Ellxs nos matan.
Nosotrxs nos vengamos,
hasta que vivir valga la pena.