ya

Meses han pasado. Sí, dije meses.
Corté las cintas cual enfermera con el cordón umbilical, abrí las cajas (sin alegorías), agarré unx por unx. Lxs limpié. Lxs abrí. Les hice un chequeo general. Unx por unx. Para que quedaran todxs. Les preparé sus casas. Las limpié primero. Las aseguré. Las nombré. La lengua natal castra: ¿cuál es la frontera que la política tiene que cruzar para convertirse en comuncación? ¿y la de las recetas para ser poesía? En fin. Caos. Caos nominal, semántico. De golpe, ellxs pedían a gritos un lugar en algún mundo. Un mundo en donde ser comprendidxs, sin perder su identidad. Ni su sentido.
De donde mis mundos han quedado ordenados así:
Ficción: latinoamericana, argentina, europea, estadounidense/canadiense
Poesía
No ficción: historia, política, comunicación, semiótica
Casi, casi, un programa de Filosofía y Letras.
El martirio terminó. De ahora en más: una nueva casa, una nueva gata, una nueva vecindad, una nueva biblioteca, un nuevo universo (al que hacerle baruyo)