27.9.06

Pensar desde la positiva

Cuando armé este blog me juré no hacer nada parecido a un texto académico. Pero no lo puedo evitar.
Ayer, en un teórico de Historia Social General hablamos sobre los valores de la revolución francesa. Sobre la igualdad, la libertad y la fraternidad. Valores, cada uno, que va cambiando en función de los otros dos y de la visión del gobierno sobre el otro.

  • Igualdad: (Del lat. aequalĭtas, -ātis). 1. Mat Equivalencia de dos cantidades o expresiones.// 2. ~ ante la ley. f. Principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos.
No es lo mismo decir igualdad en Rwanda que en Suecia que acá. Ni en 1789 que en 1955 o en 2006.
Igualdad de condiciones ante la ley, para que la aristocracia perdiera sus privilegios y los ganara la burguesía creciente francesa y revolucionaria. Pero decir igualdad jurídica no es decir realmente igualdad, sino, igualdad de posibilidades porque el capitalismo, se supone, siempre ofrece a todos y todas la posibilidad de crecer y ascender socio-económicamente. Se es por lo que se va teniendo a lo largo del camino y no por lo que se es desde el nacimiento básicamente.
Pero hoy, ¿acaso quienes nacen sin nada crecen teniendo algo? ¿acaso los y las que nacen con todo tienen chances de quedarse en cero? ¿quiénes son los y las que siguen cobrando sueldos que equivalen al 10% del PIB? ¿hay posibilidades de ascenso? ¿ascenso para qué, a dónde?

  • Libertad: (Del lat. libertas, -ātis). 1. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.// 2. Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres. // 3. Condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de ciertos deberes.

Con respecto a la libertad era muy simple: libertad de circulación, de comprar propiedades, de entablecer contratos laborales, pero obligaciones por todos lados. Elecciones compulsivas, obligación de entablar una relación contractual laboral para llegar a fin de mes aunque fuera (y sea) una relación totalmente inequitativa, obligación de nunca comprar propiedades en respuesta a la relación laboral.
Y hoy, es lo mismo. En el siglo XXI (no porque el tiempo sea señal de progreso ni de nada, solo que, bueno, ya estamos grandes como civilización "occidental-judeo-cristiana", ¿no?), la libertad se ejerce de la misma forma. Siempre pedirle permiso al Estado para decidir y para no decidir también. Siempre pidiendo permiso, nunca nos podemos apoderar de nuestra ciudadanía. Nunca nos vamos a poder convertir en sujetos políticos si tenemos que mendigar nuestros derechos. Los derechos se toman. Quiera el Estado o no.
Expongo un lema de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito: "la mujer decide, el Estado garantiza, la sociedad respeta". No es muy complejo, ¿no?
Este lema debería poder extenderse a todos los ámbitos, no solo al aborto. Las personas deciden, el Estado garantiza y la sociedad más que respeta, se calla.
La libertad por la positiva.
La vida es una obligación, no un derecho, en estos Estados que solo quieren reproducir obreros y obreras para seguir perpetuando un sistema que no les sirve más que a las cúpulas de poder que no son ni siquiera los y las gobernantes. La vida sí o sí a cualquier precio para todas y todos, los y las que no puedan elegir, claro. Pero vida, la libertad de la vida es más que nada, una obligación, hoy, acá, todavía, pero por ahora.

  • Fraternidad: (Del lat. fraternĭtas, -ātis). 1. f . Amistad o afecto entre hermanos o entre quienes se tratan como tales.
Sobre la fraternidad, ni hablar, la fraternidad, acá, es todos y todas contra el otro, siempre el otro presente, el otro que es malo, que es distitno, que es desconocido, que no se adapta porque no quiere, que no se adapta porque es menos de alguna forma: esa otra parte del mundo que nunca habló por teléfono y que se está muriendo de VIH y que este lado del mundo le importa cada vez menos.
No me vengan con el Live 8 porque no se la cree nadie. ¿Bono ayudando a los pobres africanos y a las pobres africanas? Este mundo da para todo. Este mundo no buscó la definición de fraternidad en el diccionario (que, por cierto, es notable que solo tenga una definición y millones de aplicaciones en la práctica).
A este mundo gobernado por quienes lo gobiernan desde hace 2006 años, la gente, nosotros y nosotras le importamos cada vez menos.
Cada vez tenemos menos espacios. Cada vez tenemos menos libertad de palabra (¿no ven que hasta hay que decirlo para explicitar su falta? ¿que es por la negativa?). Cada vez tenemos menos potencial ciudadano. ¿Servirá para algo? ¿Queremos ser ciudadanos y ciudadanas de este mundo? ¿Convertirnos en sujetos políticos sin cambiar de raiz estos conceptos? ¿Sin cambiar la cúpula y darla vuelta?
Yo no.
No colaboro más.
Hasta que el Sur (toda esta parte del mundo que va desde el Estrecho de Gibraltar hasta la Antártida, desde el Egeo hasta este lado del Pacífico, que va desde Río Grande hasta Punta Arenas) no esté junto con el Norte, en el mismo plano, todos y todas iguales, todos y todas juntos y juntas, todos y todas arriba o todos y todas abajo.
Nunca más unos y unas abajo y otros y otras arriba.
Por vivir desde la positiva.

3 comentarios:

Jack Celliers dijo...

Cero en posmodernismo. Lo siento, vuelva en marzo.

Rubén Kotler dijo...

Esta es una invitación a participar de la comunidad de blogs organizada por www.deigualaigual.net Para ser parte del proyecto, participando de diferentes maneras te invitamos a que visites la página y que nos envíes un correo a rubenko742000@yahoo.com.ar y nos pondremos en contacto con vos.
Rubén Kotler

a n i t a dijo...

en el espacio no hay arriba ni abajo, eso es un invento del hombre...