5.8.07

La ciencia, ¿es neutral?

Ninguna pensó, esa tarde, que ese domingo iba a ser determinante. Que esos dieciseis fundamentos para su trabajo de campo iban a ser releídos como intentos de justificar lo sobre justificado, de pretender vencer los impulsos y de amparar las pulsiones en la ciencia. Que esa noche que la bardearon tanto iba a ser tan de agenda. Que iban a terminar jugando al cíclope. Que iban a hacerse cosquillas. A dormir abrazadas. A mirarse y sonreir. Que iban a escuchar Ismael Serrano. La verdad es que no lo habían previsto.
Esa noche se miraron, por primera vez, sabiendo que no iba a ser la última. Descubrieron sus espaldas, sus piernas, sus nucas, sus ojos.
Se rieron. De la otra, con la otra, de la situación, del miedo, de la vergüenza. No podían contenerse.
Sabían que la ciencia no es neutral. Que el trabajo de campo es infinito y que las leyes de las ciencias duras no se aplican a los cíclopes.
Sabían que no era menor dormir abrazadas o bersarse a la mañana. Cómo se iban a besar a la mañana: eso era muestra de la no neutralidad de la ciencia.
Lo que había empezado en un bar, como una charla de amigas y más una broma interna (la eterna pelea entre las ciencias duras y las blandas) que una declaración de algo, se había ido convirtiendo, a lo largo de esa noche, en un acto inédito de Lady Macbeth. O un capítulo bizarro de Rayuela.
Estaban cambiando sus roles sociales. Estaban reescribiendo su historia. Confesándose. Abriéndose. Tocándose. Estaban cambiando su historia. Estaban haciendo la revolución. Casi sin saberlo. Casi sin saber a dónde iban ni para qué ni cómo.
Cuando la luz entró por la ventana y les perforó los ojos, supieron que era un camino de ida. Lo supieron en sus ojos, en sus manos, en sus espaldas. Era un camino de ida a Purmamarcas imaginarios, a París con aguaceros y Venecias sin ti.
Ya no importaba el telefóno sonando ni el Swadeshi ni el materialismo ni si socialismo nacional o cuarta internacional ni los iglooes perfumados ni los esténciles contestatarios ni nada. Sólo mirarse y mirarse tratando de descubrirse. Solo y todo eso. Y más.
Después vendrían las peñas y las gelatinas con vodka y los miedos y los jabones neutros (siempre la neutralidad presente) y Amigovios y Física y Química. Pero ese lunes estaba a una eternidad de todo eso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ehhhh con las ciencias duras no te metaaaa´ ehhhh!!
se te pudre el rancho vieja sin coma

jajajajja

nadie dijo ni pretendio jamas que la ciencia fuese neutral. seria demasiado pestilente.
la ciencia, es ciencia. punto.

nada de peterse con mi ñoñez.

te quiero boba.


tengo un tractor amarillooooo