23.8.07

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Pocas cosas son ciertas en la vida. Pocas cosas valen la pena en la vida.

Mi hermana vale la pena.
Mi happy place vale la pena.
Mirarte a los ojos mientras te emocionás con León Gieco vale la pena.
Leer al Ché vale la pena.
Leer a Benedetti vale la pena.
Cocinar a las 12:30am post recital vale la pena.
Despertarse para leer a Levinas vale la pena.
Aclararte que mi happy place es mío la vale.
Defender mi happy place vale la pena.
Entender que un mundo mejor es posible y necesario (¡y ahora es cuando!) con sólo mirar a mi hermana jugar con un burbujero vale la pena.
Dormir en diagonal y saber que ya es mañana vale la pena.
Brindar a tu salud.
Ser cursi.
Sentirme eterna.
Saberte acá.
Que me ames porque hago declaraciones políticas en un colectivo.
Que seas mi canción preferida, pero infinita.
No muchas otras cosas valen la pena.
Pero estas que sí la valen, se defienden como trincheras, se defienden como un principio, como una bandera, como un derecho. Se defienden hasta de la alegría misma.








feliz como una lombriz
(aunque mi happy place esté a punto de ser trinchera)

1 comentario:

Anónimo dijo...

conocerte en un burger y q me odies y boludees valio la pena

me divierte mucho tu faceta extremadamente cursi, sabelo

t quiero