7.10.06

Linda, lindísima

Una vez me dijiste que todo estaba bien. Pero que en mi cama entraba más gente que en la Bombonera. Tenías razón. Meses después, o años, ya no me acuerdo, me dijiste que era como la Clara de Bolaño. Te correjí: Cass, de Bukowski (la chica más guapa de la ciudad, muerta a las veinte años). Tenés 21, linda. Cierto. La realidad supera a la ficción. ¿Te acordás cuando soñaba que me perseguían las ratas, me despertaba asustada y te llamaba diciéndote que no quería ser Clara y vos me decías que todo iba a estar bien? Una de esas fue nuestra última llamada.
En este bar no se puede fumar, odio estos lugares. Frente a la facultad y no se puede fumar, hipócritas. Pero el café es rico, me decís, tratando de que deje de pensar, en realidad, en que más que eso odio que seas la JTP de una materia en la que estoy. Vos antes estudiabas Artes, qué hacés acá. El mundo es una bolita de hash, ya sabés cómo es esto. A demás, no es que estamos saliendo con la misma persona. Comentario equivocado, linda, lindísima, porque ya pasó eso.
Sabés qué, me quiero ir. Quiero que dejes la cátedra o volver a La Plata.
Estás loca, sos Clara. Nunca pudiste amar bien a alguien, y a mí menos. Y por eso te perseguían las ratas. No es fácil seguirte, ni aceptar que tu filosfía de vida sea una canción de Ska-p, que no puedas, nunca, decir qué lindo, cumplimos meses, hoy.
No me jodas, quiero fumar. No duermo desde que quedamos en vernos.
Dejaste la medicación.
No podía hacer nada de noche.
Para que sea de noche basta bajar la persiana y apagar la luz.
...
¿Me trae la cuenta?
Cuando estuve con vos, estuve solo con vos.
Manotazo de ahogado, me voy.

Asusta un poco verte así, decían Los Redondos. Sí, asusto, ya lo se. Ahora que las ratas no me persiguen, que duermo, que como, que se quién es quién, vos te vas. Al final, siempre te vas. Vos.
Y bajás la escalera, prendiendo un cigarrillo, acomodándote los anteojos y cerrando el morral. Otra vez.
Nunca es la última.
¿No?

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